Los seres humanos tratamos por todos los medios de mantener la "Decencia", pero lo hacemos débilmente a través de lo que denominamos y conocemos como Ley, Ley que en su contexto general y particular pareciera una herramienta fuerte, contundente, de probable solución a muchos problemas y materia prima del orden jurídico, pero en el fondo esta herramienta es frágil y tan frágil que es muy sencillo transgredirla o no cumplirla, y nos acostumbramos tanto a ello que se hace común no respetarla y quebrantarla, siendo esto una práctica rutinaria.
A ese fenómeno social se le llama anomia y por lo que se aprecia en nuestro accionar en ese ámbito podríamos decir que nos hemos convertido en una sociedad anómica, además hoy por hoy ya nos distinguimos por ello, porque no solo nos hemos acostumbrado, sino que exigimos ser y que otros sean así.
Uno se da cuenta bien de ello cuando vive en el extranjero, es mas, en algunos casos se añora esa indulgencia e informalidad, que si se ve en lo más profundo nos soluciona el problema, pero con consecuencias muy funestas, consecuencias que de pronto se encuentran en lo subliminal, (el mal ejemplo, la oportunidad de ser corrupto o corruptor) y otros conceptos que lo dejo para el lector. Sólo hay que preguntarse: ¿Quién no ha comprado DVD's bamba o no ha pagado o exigido su boleta o factura, pasado la luz roja, etc?
Ahora viene la gran pregunta, ¿Por qué tenemos los políticos que tenemos?
Los partidos políticos invierten dinero en sus campañas y fíjense en lo que digo INVIERTEN DINERO, dinero que además es aportación de los que integran las listas y dependiendo en que número de esa lista este, el monto es bastante mas jugoso ya que el estar entre los primeros lugares cuesta caro.
Ahora bien de pronto a los partidos políticos les interesa más el dinero que el aportante, es por ello que al final cuando son electos nos encontramos con personas que están en el limite de la delincuencia, por decir lo menos, solo que esta vez protegidos por la famosa inmunidad y por el blindaje que se dan entre ellos que son de la misma calaña.
¿Los culpables? Dos formas de verlo: Una, todos nosotros por haberlos elegido, y otra, el que la política se ha convertido en un negocio que ya casi no es una actividad de vocación de servicio.
Al ser un negocio todo se ve como una inversión y por lo tanto no solo hay que recuperar el dinero sino que hay que ganar y aquí entra lo subliminal ya que esa ganancia es lo que deberíamos recibir los ciudadanos en el largo camino de alcanzar el BIEN ESTAR, objetivo que persigue la Ley de Leyes, nuestra Constitución a través de los supuestos gobiernos que trabajen para ello.
¿Cuando sera el dia?
No hay comentarios:
Publicar un comentario